lunes, 9 de mayo de 2016

FUNCIÓN PÚBLICA VS PARTIDISMO: Funcionarios ideales

En el proceso de reorganización de cada gobierno serio y responsable, la conformación de equipos de trabajo juega un papel importante para el éxito de la gestión; la calidad del talento humano, más allá del compromiso político, es determinante cuando se comprende que la función pública tiene su génesis en el servicio, es decir, de todos y para todos.
Sin embargo, para nadie es un secreto que en la historia política Venezuela las gestiones de gobierno, tanto nacionales como regionales y municipales, encontraron en las estructuras organizativas la forma más expedita para cumplir con las llamadas “cuotas” partidistas, llegando al punto de designar militantes y/o activistas –sin impacto electoral- a representar, diseñar, dirigir y/o aplicar modelos “modernos” de gestión pública, apoyados en algunos casos, por políticas inexistentes o que no responden a principios claves como los de la planificación y en otros, alejados de los nociones propias de la situación contemporánea.
En la realidad más inmediata, los organismos públicos se han convertido en las sucursales de los partidos políticos -con determinados beneficios-, haciéndole creer al ciudadano que, con  funcionarios ideales, podrán combatir el populismo, mercantilismo, corrupción y la servidumbre política. A lo anterior hay que agregarle, la excesiva carga ideológica de sus discursos a los fines de reafirmar posiciones de cuadros partidistas y ganar espacio y/o ventaja en escenarios electorales, aparentemente potenciales.
Sin duda alguna, la versión del funcionario ideal forma parte del imaginario de las clases políticas que entendieron que dominar bajo la premisa del terror por perder el poder, que le pertenece al ciudadano, es la vía correcta para equilibrar la autoridad y alcanzar sus fines, los cuales se traducen en hacer de sus acciones un capital que tiene diversas versiones, según sea el caso.
Pero más allá de los adjetivos, los verbos son fundamentales para la traducción de los modelos de gobierno,  donde el ciudadano puede comprender que la ciudad ideal por la que espera no se esconde en breves excusas ideológicas… Debe ser el ejercicio político responsable la variable al momento de elegir representantes que comprendan la función pública más allá de breves líneas de acción.

Lcda. Lelimar Narváez
Politólogo

Twitter: @lelimarnarvaez


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