En el proceso de
reorganización de cada gobierno serio y responsable, la conformación de equipos
de trabajo juega un papel importante para el éxito de la gestión; la calidad
del talento humano, más allá del compromiso político, es determinante cuando se
comprende que la función pública tiene su génesis en el servicio, es decir, de
todos y para todos.
Sin embargo, para nadie
es un secreto que en la historia política Venezuela las gestiones de gobierno,
tanto nacionales como regionales y municipales, encontraron en las estructuras
organizativas la forma más expedita para cumplir con las llamadas “cuotas” partidistas,
llegando al punto de designar militantes y/o activistas –sin impacto electoral-
a representar, diseñar, dirigir y/o aplicar modelos “modernos” de gestión pública,
apoyados en algunos casos, por políticas inexistentes o que no responden a
principios claves como los de la planificación y en otros, alejados de los
nociones propias de la situación contemporánea.
En la realidad más
inmediata, los organismos públicos se han convertido en las sucursales de los
partidos políticos -con determinados beneficios-, haciéndole creer al ciudadano
que, con funcionarios ideales, podrán combatir el populismo, mercantilismo,
corrupción y la servidumbre política. A lo anterior hay que agregarle, la
excesiva carga ideológica de sus discursos a los fines de reafirmar posiciones
de cuadros partidistas y ganar espacio y/o ventaja en escenarios electorales,
aparentemente potenciales.
Sin duda alguna, la
versión del funcionario ideal forma
parte del imaginario de las clases políticas que entendieron que dominar bajo
la premisa del terror por perder el poder, que le pertenece al ciudadano, es la
vía correcta para equilibrar la autoridad y alcanzar sus fines, los cuales se
traducen en hacer de sus acciones un capital que tiene diversas versiones,
según sea el caso.
Pero más allá de los
adjetivos, los verbos son fundamentales para la traducción de los modelos de
gobierno, donde el ciudadano puede
comprender que la ciudad ideal por la que espera no se esconde en breves
excusas ideológicas… Debe ser el ejercicio político responsable la variable al
momento de elegir representantes que comprendan la función pública más allá de breves
líneas de acción.
Lcda. Lelimar Narváez
Politólogo
Twitter:
@lelimarnarvaez
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