domingo, 15 de mayo de 2016

Parte del trabajo del politólogo radica en exponer y explicar,con ideas claras y sin apegos partidistas, la realidad de un Estado desde la perspectiva del sistema político y sin caer en falsos ensayos que nos alejan de las coyunturas, su génesis, actividad y pronóstico dentro del mismo.

Les comparto parte de mis planteamientos formulados en una entrevista realizada por el Lcdo. Douglas Jerés en el año 2015, en la ciudad de Barquisimeto en el Estado Lara, Venezuela.
https://www.youtube.com/watch?v=yleVU2saKHE
https://www.youtube.com/watch?v=Fhlxk04MfeA
https://www.youtube.com/watch?v=5265J166P20
https://www.youtube.com/watch?v=Sh322-Qaa1M

sábado, 14 de mayo de 2016

Los gobiernos en vías de desarrollo, estarán conscientes de este proceso moderno o contemporáneo de la comunicación?
Para el análisis...
(Chequea este link cortesía de @RaulBaz)

https://medium.com/herramientas-manuales-consejos-de-engage-burson/infograf%C3%ADa-la-comunicaci%C3%B3n-evolucion%C3%B3-61b6fcf7c51d#.y6qn2jd2l

Partidos políticos y democracia en perspectivas teóricas y prácticas

Importantes son las organizaciones político partidistas dentro del sistema y régimen de las naciones,es por ellos que les dejo una publicación del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI), organización no gubernamental sin fines de lucro y apartidista que -de acuerdo a su propia definición- "responde a las aspiraciones de personas de todo el mundo que desean vivir en sociedades democráticas que reconozcan y promuevan los derechos humanos fundamentales".

También recomiendo las publicaciones que realizan, vía twitter, los miembros de la @Red_Innovacion  y por su portal web redinnovacion.org



viernes, 13 de mayo de 2016

Las caras de la nueva política en Venezuela: del arquetipo al personalismo de la gestión.

Dentro del proceso de comunicación política, donde las instituciones públicas generan información a través de los medios de comunicación, el mensaje y la imagen son elementos importantes para que el ciudadano-elector pueda premiar en apariencia a una gestión, lo que se traduce en un consumo de información donde la imagen busca crear credibilidad en las acciones que se realicen; desde esta perspectiva, las sociedades siguen modelos o patrones de formación “ideales” que sirven como referencia para imitar o copiar, histórica y culturalmente, algo.
Esta realidad, presente en la historia política de los Estados, ha servido para que los líderes asuman apariencias que permitan vincularlo con las realidades inmediatas del ciudadano en cuanto a pensamientos, ideas y actitudes, sirviendo de referencias para que las acciones propias de la administración pública, lleven una marca personal que muchos teóricos y filósofos explicaron como una manifestación de egoísmo, cuidar a su yo y, en el peor de los casos, a rendirse una especie de culto donde el poder es el eje motor de tales acciones.
Históricamente hablando, en Venezuela el caudillismo es la referencia clásica e inmediata de personalismo político promovido desde las organizaciones partidistas ya que, desde ellas se definen y ejecutan estrategias, fundamentadas en el carisma y la popularidad de determinado candidato, para alcanzar la representación política que permita el ejercicio del poder, es decir, un candidato es un líder político que construye una fortaleza institucional dentro de los criterios de gobernabilidad.
Pero esta realidad, tiene un valor importante a medida que se rediseña la República ya que muchos funcionarios públicos (específicamente del Poder Ejecutivo) entendieron, por una parte, que la marca de gestión se imprime con su imagen a los fines de lograr una conexión que sirva para validar acciones, eficientes o no, del líder; y por otra, logran que el ciudadano se repliegue ante los “supuestos” salvadores a sus problemas y/o necesidades reales e inmediatas. Solo se necesita mirar vallas publicitarias para encontrar las nuevas caras de la política (oficialistas y opositores) en los diversos ámbitos de distribución del poder.
En la actualidad, el arquetipo y personalismo de la gestión es la promoción inevitable del sentir ciudadano que se resume en la frase: “el país necesita de un héroe” y donde se disminuye la posibilidad real de construir una democracia sólida, madura y validada como sistema de gobierno moderno y modernizador por excelencia, ya que la misma requiere de la comprensión ciudadana con respecto a  la política como ejercicio colectivo y no como la referencia de una imagen de hombres que conciben al poder como la conquista de un espacio dispuesto para la proyección e imposición de una figura individual que garantiza, en sus acciones, un instrumento para materializar su voluntad.
Lcda. Lelimar Narváez
Politólogo

Twitter: @lelimarnarvaez




miércoles, 11 de mayo de 2016

Política de pan y circo: populismo e ineptocracia.

La política nace con el sujeto y su proceso de socialización, donde la necesidad de interactuar hace posible el establecimiento de medios idóneos para ejercer la participación y representación política. Desde esta perspectiva, es conveniente precisar la función del líder, más allá de su influencia, en cuanto a la definición y aplicabilidad de métodos y estrategias que realmente se traduzcan en la efectividad, calidad o eficiencia de todas las acciones propias del órgano político que representa, siendo esto un marco referencial de los llamados gobiernos populistas, cuyo sistema permite hacer una conversión directa a la ineptocracia.
Así mismo, es oportuno poder indicar de qué se trata cada uno: en el caso del populismo, muchos autores y estudiosos del hecho político han insistido en esta definición como una corriente ideológica inherente al pueblo, es decir, se reivindica el valor social del Estado; sin embargo, otros distinguen un populismo negativo y este tiene que ver con el uso de medidas destinadas a captar la simpatía del ciudadano para traducirlo en votos y de esta forma lograr una permanencia en el poder. De cualquier forma, el sistema populista del Estado busca hacer de la gestión un modelo social que simpatice con el pueblo.
Por su parte, la ineptocracia también guarda relación con el sistema de gobierno, pero en este caso, se cuestiona la capacidad de los funcionarios públicos para el ejercicio de la función pública o lo que es igual, representantes que no garantizan gestiones reales sino sentidas. Sobre este particular es conveniente aclarar que en la actualidad, algunos gobiernos buscan trabajar desde el sentimiento y necesidad particular y no colectiva.
Ante este planteamiento, es propicio proponer un ejercicio reflexivo partiendo del nivel de conocimiento que posee el ciudadano al momento de seleccionar a sus candidatos y la capacidad de compromisos de éstos, una vez elegidos, para hacer de la política un medio donde el bienestar común sea la premisa; de qué manera el ciudadano valora la gestión, considerando que no son acciones simplistas las que verdaderamente promueven el desarrollo de un país; y, cómo se puede transformar el escenario social cuando no existe responsabilidad y compromiso político.
Sin duda alguna que el exceso de populismo e ineptocracia es dañino, no menos cierto es que el personalismo y mediatización en la gestión pública hacen un esfuerzo considerable para que los cargos públicos se conviertan en el mejor espacio para promover acciones partidistas apoyadas en el pan y circo, es decir, medidas para apaciguar y distraer a la población, desviando su atención en las políticas públicas fracasadas o sin éxito alguno, para ocultar la poca capacidad del funcionario para afrontar el tema de la gestión pública responsable.
Ante este escenario vale la pena recordar que no solo de pan vive la gente y no será un héroe el que podrá resolver todo… La convergencia de ideas y acciones es la característica más resaltante del acto político, donde lo repito, el protagonista es la sociedad.
Lcda. Lelimar Narváez
Politólogo
Twitter: @lelimarnarvaez


lunes, 9 de mayo de 2016

FUNCIÓN PÚBLICA VS PARTIDISMO: Funcionarios ideales

En el proceso de reorganización de cada gobierno serio y responsable, la conformación de equipos de trabajo juega un papel importante para el éxito de la gestión; la calidad del talento humano, más allá del compromiso político, es determinante cuando se comprende que la función pública tiene su génesis en el servicio, es decir, de todos y para todos.
Sin embargo, para nadie es un secreto que en la historia política Venezuela las gestiones de gobierno, tanto nacionales como regionales y municipales, encontraron en las estructuras organizativas la forma más expedita para cumplir con las llamadas “cuotas” partidistas, llegando al punto de designar militantes y/o activistas –sin impacto electoral- a representar, diseñar, dirigir y/o aplicar modelos “modernos” de gestión pública, apoyados en algunos casos, por políticas inexistentes o que no responden a principios claves como los de la planificación y en otros, alejados de los nociones propias de la situación contemporánea.
En la realidad más inmediata, los organismos públicos se han convertido en las sucursales de los partidos políticos -con determinados beneficios-, haciéndole creer al ciudadano que, con  funcionarios ideales, podrán combatir el populismo, mercantilismo, corrupción y la servidumbre política. A lo anterior hay que agregarle, la excesiva carga ideológica de sus discursos a los fines de reafirmar posiciones de cuadros partidistas y ganar espacio y/o ventaja en escenarios electorales, aparentemente potenciales.
Sin duda alguna, la versión del funcionario ideal forma parte del imaginario de las clases políticas que entendieron que dominar bajo la premisa del terror por perder el poder, que le pertenece al ciudadano, es la vía correcta para equilibrar la autoridad y alcanzar sus fines, los cuales se traducen en hacer de sus acciones un capital que tiene diversas versiones, según sea el caso.
Pero más allá de los adjetivos, los verbos son fundamentales para la traducción de los modelos de gobierno,  donde el ciudadano puede comprender que la ciudad ideal por la que espera no se esconde en breves excusas ideológicas… Debe ser el ejercicio político responsable la variable al momento de elegir representantes que comprendan la función pública más allá de breves líneas de acción.

Lcda. Lelimar Narváez
Politólogo

Twitter: @lelimarnarvaez